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En apenas tres años, la edición del manga en España ha dado un salto considerable. No es una cuestión tanto cuantitativa como cualitativa. Tras el batacazo que se pegó el sector en 2010, según puede apreciarse en las estadísticas que anualmente ofrece Mangaland, la web del traductor y divulgador Marc Bernabé, el mercado ha ido poco a poco recuperándose y encontrando una situación de equilibrio. Probablemente, y a falta de que se cierre el ejercicio, 2015 acabará con cifras que confirmarán esa remontada. En este cambio de tendencia parece que está teniendo cierto peso la apuesta de las editoriales por elmanga adulto (entendido como ‘maduro’) de corte más transgresor o experimental.

El éxito de autores como Junji Ito, en el campo del terror, o Inio Asano, especialista en obras con fuerte carga emocional, han demostrado que hay vida más allá de los géneros y temáticas que tradicionalmente han funcionado mejor en España. Que ECC se haya atrevido con un título tan transgresor como ‘Respuesta de una inteligencia absurda’, de Shunji Enomoto, o haya rescatado del naufragio de EDT a Shintaro Kago y a Taiyo Matsumoto, apunta a que el espacio del manga adulto se está ensanchando y eso permite a las editoriales arriesgar más.

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Hay más señales. La consolidación de las recién llegadas, Milky Way y Tomodomo Ediciones, se está manifestando en lanzamientos hace años impensables por estos lares, como el manga ‘de gatos’ del ya citado Junji Ito. También es positiva la publicación de obras de madurez de autores clásicos. Se ha pasado de la sistemática reedición de materiales amortizados (‘Adolf’ de Tezuka como paradigma de esta fórmula) al goteo de nuevos títulos tanto del dios del manga como de indispensables como Shigeru Mizuki o Shotaro Ishinomori. Incluso es significativa la generalización, dentro del pequeño círculo de divulgadores, del término ‘gafotaku‘ como adjetivo para describir una mezcla de lector otaku y ‘gafapasta’ que no tiene manías a la hora de leer lo mismo un shonen que un seinen.

¿Es una acumulación de hechos coyunturales o una verdadera tendencia? ¿A qué se debe? ¿Estamos ante la edad de oro del manga adulto en España? Para responder a estas preguntas hemos convocado a consulta a tres expertos en la materia, todos ellos miembros del ‘ala manga’ de la Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España (ACDCómic). Son Oriol Estrada (El Capitán Urias), divulgador y colaborador del Salón del Manga de Barcelona; José Andrés Santiago, artista e investigador postdoctoral, actualmente desarrollando su labor de investigación en Japón; y Raúl Izquierdo, periodista y coordinador de publicaciones en Estudio Fénix.

¿Estamos ante la edad de oro del manga adulto en España?

Oriol Estrada: No sé si sería capaz de afirmarlo de forma contundente, pero si no estamos en una edad de oro, al menos se le parece. Creo que más que nunca tenemos una oferta de manga variada, en todos los campos (no solo el adulto), las editoriales están apostando por títulos que hace algunos años (pocos) parecían impensables, y en eso están ayudando algunas de las nuevas editoriales, pero las grandes de siempre no se han quedado en absoluto rezagados. Incluso te diría que en realidad fueron ellos los que empezaron a hacer apuestas arriesgadas. Además, parece que el público está respondiendo. Es una impresión totalmente subjetiva, ya que pocas veces conocemos los números en cuanto a ventas, algo que sin duda nos ayudaría a determinar si realmente estamos en una edad de oro o no.

«Si no estamos en una edad de oro, al menos se le parece»

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«Como aficionados al manga, nunca hemos vivido un momento mejor en España»

José Andrés Santiago: Para mi esta pregunta se puede entender de dos formas: ¿Estamos ante una Edad de Oro en España del manga como medio? Creo que la respuesta a esta primera pregunta es no; y ¿estamos ante una Edad de Oro en España para el lector de manga? En cuyo caso, pienso que la respuesta es sí. En estos momentos la variedad y calidad de muchos de los títulos publicados es sorprendente. Si hace unos años la oferta era inmensa, pero sesgada y orientada a un público muy específico (grandes títulos de éxito, mayoritariamente shōnen ‘mainstream’), ahora resulta mucho más diversa y atractiva para lectores que demandan otro tipo de narrativas gráficas (ya sea por estilo, temática, enfoque, etc.). Por supuesto, el shōnen ‘mainstream’ todavía constituye el pilar fundamental de la industria del manga en España; en el fondo este tipo de productos son el caldo de cultivo para nuevos lectores que, en algunos casos y con el paso de los años, se convertirán en lectores maduros. Si un otaku ansía obras más maduras, hay un mercado que puede satisfacer dicha demanda. Por eso, creo que como aficionados al manga, nunca hemos vivido un momento mejor en España.

En mi opinión, no estamos ante una Edad de Oro en España del manga entendido como medio en sí mismo. Ahora bien, tampoco pienso que sea necesariamente algo malo Estoy convencido de que podemos hablar de un mercado maduro en España, donde las editoriales ya no cometen los errores de bulto de años y décadas pasadas, y escuchan mucho más las demandas del mercado y de los propios lectores. Sin embargo, mi «no» a la Edad de Oro se sostiene en base a dos cuestiones: ¿Ha crecido significativamente el número de lectores? Como no hay cifras, no hay manera de respaldar un argumento u otro, pero mi opinión –insisto, sesgada– es que el corpus de lectores no se ha desarrollado tanto en estos años. Ha madurado, ha mutado, se ha abierto a otros lectores, pero no creo que haya crecido tanto en cifras absolutas. Por último, queda la cuestión relativa a la visibilidad del manga como producto ‘mainstream’ con visibilidad en la prensa y otros medios. El manga sigue siendo un producto –por fortuna cada vez menos– marginal, y en consecuencia no creo que podamos hablar de Edad de Oro del manga como medio en España.

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«El manga para adultos ha sido una de las grandes cuentas pendientes del mercado»

Raúl Izquierdo: Sin duda alguna. El manga para adultos ha sido una de las grandes cuentas pendientes del mercado, pese a la constancia de Planeta desde sus inicios (primero en cómic-book, luego “novelas gráficas”, la colección Trazado, la biblioteca Pachinco…), la existencia de una editorial especializada en este tipo de manga (Ponent Mon) y los intentos de prácticamente todas las editoriales de publicar algo diferente (del ‘Mushishi’ de Norma al ‘Takemitsu Zamurai’ de EDT). Siempre hemos tenido manga para adultos, clásico y moderno, con buen dibujo o buena historia y con ambas cosas, pero el único que vendía era el que se encontraba a medio camino entre el manga juvenil y el adulto, como ‘Gantz’, ‘Monster’ o ‘La espada del inmortal’. Ahora no solo funciona bien en ventas, sino que ha logrado algo más importante: formar parte de la agenda otaku y encontrarse en el epicentro de la opinión pública en foros y redes sociales. Hoy, el público espera con ganas las novedades de ECC (lector general) y Milky Way (lector otaku), que se dirigen mayoritariamente al público adulto, aparte de los lanzamientos de las editoriales grandes para ese nicho de mercado. Esta situación era utópica hace unos años.

¿Ha habido un claro cambio de tendencia en la edición de manga en España tras la crisis que vivió el sector en 2010?

Oriol Estrada: Después de la crisis está claro que se cambiaron muchas cosas. Antes se estaba publicando casi cualquier cosa, sin tanto criterio como en la actualidad. Ahora las editoriales miran y remiran, se lo piensan mucho más a la hora de publicar. Son más selectivos, y aunque durante un tiempo eso parecía que jugaba en contra de los intereses «gafotaku», parece que ahora está jugando a su favor. Se siguen publicando los shônen típicos y tópicos de éxito de siempre, y sin duda alguna son de lo que más éxito tiene. Pero las editoriales también están apostando por cosas que pueden sorprender más al lector, haciendo un trabajo de prescripción que quizás antes no se atrevían a hacer porque preferían ir a lo seguro. Publican cosas que piden unos pocos, pero que tienen el potencial de gustar a muchos más, y se atreven a sorprender al lector, que por muy enterado que esté de todo en Internet, uno no puede llegar a todo cuando se trata del mercado japonés.

«Las editoriales se atreven a sorprender al lector»

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«EDT hizo una labor encomiable en su momento… Es algo a reivindicar»

José Andrés Santiago: Creo que ha sido una evolución muy progresiva a lo largo de la última década. La diferencia estriba en que hace diez años, en plena bonanza económica, se editaba y se compraba de manera mucho más indiscriminada. Ahora hay un tipo de lector que es, afortunadamente, más selectivo. Esta pequeña revolución ya empezó antes. EDT hizo una labor encomiable en su momento. Quizás fueron adelantados a su tiempo… y en mi opinión es algo a reivindicar. En estos últimos dos o tres años, las nuevas y pequeñas (o ya no tan pequeñas) editoriales están jugando un papel fundamental y han forzado una respuesta por parte de la grandes (respuesta que, por cierto, ha sido rápida y eficaz).

En 2010 el mercado estaba saturado y la oferta era, quizás, más homogénea (esto es discutible en ciertos nichos de mercado, como en el caso del shōjo, pero es un tema que daría para otro debate). A mi entender, ahora se ha situado en una zona de confort respecto al número de lanzamientos anuales, y se ha diversificado un poco más la oferta, apuntando no sólo a lectores de shōnen más hardcore, sino a gafotakus y otros lectores de cómic ajenos hasta ahora al mercado del manga.

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«La tendencia es dejar de ser un gueto de frikis y que el manga pase a ser un producto cultural más»

Raúl Izquierdo: Hay un cambio evidente y es de esperar que la situación que desembocó en la caída del mercado hace unos años haya servido a las editoriales para aprender. El mercado pegó ese bajón principalmente porque había vivido «por encima de sus posibilidades”, con un auge brutal del manga causado por unas obras concretas (‘Naruto’, ‘Bleach’ y ‘Death Note’, principalmente) que habían atraído a miles de compradores ocasionales y unos aficionados “de los de verdad” que consumían muchas más colecciones de lo que la lógica indica. La burbuja acabó estallando porque la oferta era, en realidad, muy superior a la demanda, entre otros motivos.

En la actualidad, las editoriales se lo piensan mejor a la hora de adquirir títulos porque saben que el público no traga con cualquier cosa (para eso ya está internet, guste o no). El uso de redes sociales, muy superior hoy respecto a hacer 5 años, también les ha ayudado a promocionar más y mejor sus lanzamientos, así como que el público y los líderes de opinión hablen más de ellos. La tendencia es dejar de ser un gueto de frikis y que el manga pase a ser un producto cultural más. De ahí la importancia de lo que se está llevando a cabo en los últimos años con la publicación de manga infantil, manga de videojuegos, manga para adultos…

¿Qué creéis que ha pasado con el público? ¿Son aficionados que han crecido leyendo manga o hay también una base importante de nuevos lectores?

Oriol Estrada: Quiero pensar que finalmente se ha conseguido lo que parecía imposible con el lector de manga medio: que siga leyendo manga a medida que se hace mayor. El público manga está formado principalmente por adolescentes o universitarios, y muchos de ellos con el tiempo dejaban de leer manga y pasaban a otra cosa. Ahora parece que no, que muchos siguen leyendo manga, y por lo tanto, piden contenidos que vayan más allá del shônen típico. Quizás parte del problema era que el lector de manga veterano que sí seguía leyendo se mantenía encallado en el shônen, sus gustos se estancaron, no maduraron, y por lo tanto, nadie tiraba del carro para ofrecer cosas distintas. Así que quizás tengamos que darle las gracias a Internet porque ahora el público manga tiene acceso casi ilimitado a una ingente cantidad de títulos (tanto de manga como de anime), y es capaz de descubrir cosas nuevas y distintas, darse cuenta de que en el mundo del manga hay opciones para casi cualquiera.

Por otro lado, estoy seguro que a base de insistencia algunos lectores que vienen del mundo del cómic han empezado a darle más oportunidades al manga. Pero esa es una guerra a muy largo plazo, y bastante dura. El manga llegó arrasando con todo, y se ganó enemigos y muchos prejuicios que aún se arrastran. Espero que con la variedad existente en el mercado actual, esto empiece a cambiar de verdad.

«Se ha conseguido lo que parecía imposible: que el lector de manga siga leyendo a medida que se hace mayor»

 

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«Somos lectores más maduros, y la existencia de este mercado gafotaku es una magnífica noticia»

José Andrés Santiago: Si parto de la premisa (insisto, sin disponer de cifras o estadísticas de ningún tipo) de que el número de lectores ha aumentado en estos años, pero no de una manera espectacular, podemos llegar a tres conclusiones:

El corpus de lectores de manga en España no es algo estático, sino que se encuentra en constante regeneración. Hay niños y adolescentes que se inician en la lectura de manga. Muchos siguen leyendo manga cuando crecen, y otro muchos no, y se decantan por otro tipo de entretenimiento. Siempre entran y salen lectores. Es algo de lo más normal. Por tanto, podemos hablar de un grueso de lectores jóvenes que consumen manga de manera menos selectiva y que se decantan mayoritariamente por los títulos ‘mainstream’. La retroalimentación con el anime y otros (media-mix) juega un papel muy importante en este sentido.

Existe también un lector más maduro (que, insisto, vinculo a una cuestión de experiencia, no necesariamente de edad) seguramente creció leyendo manga. Es más, mi generación (los millennials, como les gusta llamarnos) creció en los 80 y 90 leyendo manga y viendo anime. Ahora muchos nos encontramos entre los veinti-tantos y los cuarenta años de edad, en una posición socio-económica relativamente confortable (si, a pesar de la maravillosa coyuntura de nuestro país) y disponemos de un mayor poder adquisitivo. Somos lectores más maduros, y la existencia de este mercado gafotaku, con una oferta más variada y títulos de gran calidad, es una magnífica noticia para muchos de nosotros. Es más, conozco gente, lectores de manga hace años que lo habían dejado por la falta de atractivo de los títulos publicados por las editoriales en España, que están volviendo a leer manga de manera regular. Es una magnífica noticia.

Por último, creo que esta diversificación de títulos también resulta atractiva para lectores de cómic (USA generalista, USA ‘underground’, BD u otros) que hasta ahora no se habían interesado por el manga. Además, el auge de la Novela Gráfica en España (tanto nacional como de autores extranjeros), con títulos magníficos y de calidad indiscutible, ha provocado que algunos lectores de novela gráfica se empiecen a interesar por aquellos títulos de manga más innovadores, incluso experimentales o que desde una órbita europea nos gusta calificar de avant-garde, y que les proporcionan una experiencia muy diferente a la idea que tradicionalmente se asociaba con el manga en España.

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«Estamos en un momento en el que hay de todo y para todos»

Raúl Izquierdo: El lector de manga se ha hecho mayor y, sorpresa, ha madurado. Tenemos por primera vez una generación de treintañeros, una de veinteañeros y otra de adolescentes. Mientras que los más veteranos hace tiempo que leemos manga adulto, los veinteañeros han empezado también a consumirlo y antes de lo que lo hicimos nosotros, probablemente saturados y cansados de leer manga juvenil donde siempre pasa lo mismo, y en especial gracias a obras en la línea de las que publica Milky Way Ediciones. Al público adolescente no le podemos pedir que se salga del shônen y el shôjo, pero también se atreve con determinadas obras no muy sesudas y gráficamente atractivas, como las de Masasumi Kakizaki.

El gran logro, en cualquier caso, es haber convencido de una vez por todas al lector general de cómics de que el manga no es solo ‘Dragon Ball’ o bien Osamu Tezuka. Porque sí, Tezuka mola mucho, pero a una parte de los lectores el dibujo clásico les espanta. Editoriales como la propia Milky Way y ECC han hecho mucho por esto, al igual que las ediciones en tapa dura de Planeta Cómic (Urasawa, Kon…). Cada vez es más habitual encontrar a veteranos lectores de cómic que durante 20 años han menospreciado el manga cambiar de opinión al descubrir que se publican auténticas obras maestras.

Estamos, pues, en un momento en el que hay “de todo” y “para todos”, y parece ser que vamos en el buen camino para que tanto el público otaku que va dejando atrás la etapa “yo solo leo mangas del ‘Shônen Jump’” como el lector general cuya tonadilla era “yo no leo cómics chinos” le dé una oportunidad al manga adulto.

¿Podrá aguantar el mercado la avalancha de títulos de un perfil tan concreto?

Oriol Estrada: Supongo que esa es la pregunta que se hacen todos los editores, y pagarían lo que fuera por tener la respuesta. Las cosas han ido muy rápidas, hace tres años algunos éramos incapaces de imaginarnos que se llegarían a publicar según qué cosas, con lo cual es muy pronto para hacer según qué valoraciones. Si tuviésemos números sería distinto, claro.

«Hace tres años éramos incapaces de imaginarnos que se llegarían a publicar según qué cosas»

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«Pienso que el mercado es capaz de autorregularse»

José Andrés Santiago: Personalmente pienso que sí, pero contextualizando esta respuesta en base a dos factores. El primero es el número de lanzamientos anuales se mantenga en una posición de equilibrio similar a la que hemos visto en años anteriores, y que el corpus de lectores se mantenga igualmente estable. Si se lanzan más series, pero con menos volúmenes, no creo que se sature el mercado como pasó en el pasado. El segundo factor parte de la creencia de que el mercado español es un mercado maduro, y por tanto es capaz de autorregularse.

Por supuesto, habrá títulos que por algún motivo no terminen de funcionar (a veces de manera arbitraria o injusta, a pesar de su validez, y por el motivo que sea), como sucede con cualquier otro medio (cine, cómic en general, o música). Es algo connatural a un medio maduro como es el manga en España. Pienso que el mercado es capaz de autorregularse, y no soy de la opinión de que volvamos a ver épocas oscuras o tortazos editoriales catastróficos como si sucedió hace años –cuando la industria y los lectores no habían alcanzado dicha madurez y estabilidad– a menos que las condiciones cambien radicalmente.

Salvo casos aislados, no auguro diferencias abismales de ventas que tuvimos en otros tiempos, con unas pocas series vendiendo docenas de miles de ejemplares y otras llegando a duras penas al medio centenar; y que las primeras sostengan económicamente a las segundas. Sí habrá series superventas, pero por debajo de estas creo que en el futuro el mercado será  bastante equilibrado, capaz de sobrevivir con la demanda actual.

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«Prácticamente todo lo que sale posee una calidad incontestable»

Raúl Izquierdo: Actualmente parece haber un público amplio para manga adulto, de tipología muy diferente, lo cual permite ser optimista. Aunque el manga adulto a menudo se publica en ediciones “de lujo” (o no) con un precio elevado, cierto es que muchas veces son tomos únicos o series cortas, lo que facilita que el lector las compre. Además, ahora mismo, prácticamente todo lo que sale posee una calidad incontestable, gustos personales aparte. Para que haya un peligro real de saturación, las editoriales tendrían que volver a llenar mensualmente las tiendas de colecciones para ese público, de manera que el lector no pueda asumir semejante oferta por mucho que le interese o porque comiencen a llegar títulos de calidad cuestionable. Ese panorama no parece que vaya a producirse a corto o medio plazo, pero habrá que ver cómo evoluciona el mercado. Quiero creer que las editoriales han aprendido de la caída de ventas de hace unos años y no se arriesgarán a repetir errores del pasado.